martes, 11 de noviembre de 2014

Ordenamiento Territorial: Desarrollo Regional y mejora de la Infraestructura


La elaboración de un Territorio Ordenado donde habitar, es el sueño de todo ciudadano, y un compromiso de toda autoridad. El Plan Bicentenario, en su eje 5° Desarrollo Regional e Infraestructura señala pautas que se debe de tomar en cuenta para lograr este objetivo.
Un problema fundamental para el desarrollo económico peruano es el enorme desequilibrio en infraestructura y concentración espacial de la inversión que existe entre Lima Metropolitana y el resto del país, y entre costa, sierra y selva. No es posible vencer este desequilibrio sin un esfuerzo nacional de gran envergadura.
Actualmente Lima concentra el 52,6% del valor agregado bruto (VAB) nacional, al mismo tiempo que la costa concentra el 27,3%, la sierra el 14,9% y la selva el 5,2%. Lima también concentra el 57,2% del VAB de manufacturas y el 62,4% del VAB de servicios. Es además sede del 70% de las 10 mil empresas que generan el 98% del PBI nacional; y registra el 43,1% de los principales contribuyentes y el 58,4% de los medianos y pequeños.
En cuanto a infraestructura, Lima cuenta con la mayor densidad de red vial; su coeficiente de electrificación llega al 99,2% de su población y su densidad de telefonía fija es de 19,9 líneas por cada 100 habitantes, el doble que el promedio nacional.
Esta desigualdad trae consigo una dificultad estructural para disminuir la pobreza, habilitar espacios habitacionales adecuados, atraer inversiones y desarrollar actividades productivas con tecnología de alto nivel. De hecho, la desigualdad de las regiones respecto a Lima también se da a nivel de índices de productividad. Mientras Lima Metropolitana tiene una productividad promedio por persona ocupada de 20.698 nuevos soles, en la sierra y la selva alcanza 9.712 y 9.504 nuevos soles respectivamente.
El Plan Bicentenario considera indispensable poner en práctica estrategias que contribuyan a cerrar las diferentes brechas de insuficiencia estructural y permitan doblegar los obstáculos que impiden el desarrollo de las capacidades productivas de las distintas regiones del país.
El Plan Bicentenario considera indispensable poner en práctica estrategias que contribuyan a cerrar las diferentes brechas de insuficiencia estructural y permitan doblegar los obstáculos que impiden el desarrollo de las capacidades productivas de las distintas regiones del país. Los desafíos que debemos encarar se pueden resumir en los siguientes ítems:

  • ·    Lograr una alianza entre el sector público y el privado en torno a políticas de promoción de la inversión descentralizada en infraestructura, que permita ejecutar un conjunto planificado de proyectos.
  • ·         Fortalecer la capacidad de decisión de los gobiernos regionales e impulsar la descentralización hacia el desarrollo de corredores económicos transversales que incluyan dos o más regiones.
  • ·     Impulsar el desarrollo territorial con estudios de potencialidades y capacidades de cada espacio regional.
  • ·       Desarrollar agrupamientos poblacionales en ciudades intermedias establecidas sobre la base de un programa de Centros Poblados Planificados (CPP), con servicios básicos y una actividad productiva diversificada.
  • ·     Efectivizar programas regionales de habilitación de infraestructura de agua y saneamiento que eliminen las carencias crónicas de estos servicios.
  • ·         Prever la expansión de las necesidades de electricidad y otras fuentes de energía doméstica y poner en acción políticas que mantengan atendida dicha demanda.
  • ·        Desarrollar con ayuda del sector privado una infraestructura económica y productiva suficiente y adecuada, descentralizada y de uso público.


Un primer aspecto es que el proceso de regionalización dista mucho de haber concluido. El mandato constitucional y las leyes orgánicas vigentes, entre ellas la Ley de Bases de la Descentralización (17 de julio de 2002) y la Ley Orgánica de los Gobiernos Regionales (19 de noviembre de 2002), consideran como algo transitorio la actual superposición entre la antigua demarcación departamental y los actuales gobiernos regionales. Debemos lograr en un plazo no muy lejano que, mediante referéndum, los antiguos departamentos sean sustituidos por verdaderas regiones que abarquen dos o más de los antiguos departamentos y tengan cada cual la indispensable suficiencia territorial y de recursos económicos, incluyendo en la medida de lo posible, acceso simultáneo a las tres regiones naturales: costa, sierra y selva.

Si no logramos conformar auténticas regiones, amplias y autosuficientes, no tendremos verdadero descentralismo. Seguiremos enfrascados en la vieja e ineficiente demarcación departamental, que todavía condena a ciertos territorios a la estrechez y el aislamiento y a otros a una desmesura llena de necesidades. Sobre este tema en particular, el Plan Bicentenario el Perú hacia el 2021, considera de gran importancia la conformación de corredores económicos transversales, es decir, sistemas viales cuya ejecución incluya desarrollar una red de servicios complementarios, de tal manera que se genere una interdependencia positiva entre ciudades mayores, medianas y menores.

Estos corredores económicos transversales ayudarán a estructurar relaciones de complementariedad entre localidades de distinta envergadura y definirán escenarios más precisos para invertir en infraestructura atendiendo no sólo las necesidades más urgentes sino también las expectativas de los actuales gobiernos regionales.

De este modo, la promoción de la inversión en infraestructura que realice la alianza entre el sector público y el privado deberá ayudar a diversificar la base productiva regional tomando en consideración las características de sus recursos y la vocación del potencial productivo. Una modalidad efectiva de ayudar al desarrollo empresarial productivo regional es la instalación de conglomerados de cadenas productivas, que reúnan a pequeñas y microempresas (pymes) con el fin de poner en marcha en forma conjunta economías de escala y con mayor valor agregado.




lunes, 10 de noviembre de 2014

El hermano mayor del Perú

Interesante columna de Jorge Bruce y lo que se podría venir de seguir con la ola de violencia y el narco estado.

Por Jorge Bruce

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Es un cliché afirmar que México y Perú son dos sociedades con historias similares e identidades análogas. Es un cliché que contiene una parte de verdad. Cortés y Pizarro, Moctezuma y Atahualpa, Incas y Aztecas. Juan Rulfo y Arguedas, Octavio Paz y Mario Vargas Llosa. La primera vez que visité ese gran país tuve la impresión de que, en efecto, muchas cosas me resultaban familiares, pero todas eran más grandes. Tanto las admirables como las deplorables. Su capital, el DF, por ejemplo, tiene una población equivalente a buena parte de la peruana. Su cocina es variada, condimentada, colorida y sorprendente, como la nuestra. Sus monumentos arqueológicos son grandiosos. Y su violencia es infernal.
La reciente matanza de 43 estudiantes en Iguala ha provocado una reacción mundial de dolor e indignación. Por un momento ha apuntado los reflectores a la profunda vinculación entre el narcotráfico, el Estado y los poderes fácticos. Desde la novela Las Cabezas de la Hidra, de Carlos Fuentes (hace ya varios años), hasta la más reciente El Poder del Perro, de Don Winslow (Oliver Stone hizo una película de corte hollywoodense con un guion de este autor, cuyo título lo dice todo: Salvajes) y las muy recientes de Jorge Zepeda Patterson, Los Corruptores y, la que ganó el premio Planeta, Milena o el Fémur más Bello del Mundo; todas estas obras tienen como trama la corrupción que impera en México, de la mano con el narco, desde hace décadas.
Especialistas como Fernando Rospigliosi vienen señalando reiteradamente que deberíamos ver a México como un espejo de nuestro futuro. Rosa María Palacios retorna de Ayacucho relatando lo que ha escuchado a los periodistas de la zona: el narco ha infiltrado el Estado desde la sima hasta la cima. Si todavía no tenemos una producción literaria y cinematográfica, como los mexicanos, exponiendo esa corrosión creciente de nuestras autoridades, acaso se debe a que estamos negando la evidencia, con la esperanza mágica de que si cerramos los ojos, la pesadilla se va a desvanecer. Exactamente lo que hace el ministro del Interior cuando afirma que los sicarios son una amenaza solo para los otros sicarios. Es decir, que son una bendición disfrazada y por lo tanto debemos agradecer su presencia, más y más frecuente y desembozada, en las calles de nuestras ciudades, en barrios que ayer se sentían alejados de esos crímenes.
Pero la negación maníaca es el viento que aviva el fuego. La horrenda muerte de esos muchachos en un basural de Ayotzinapa –similar a las de La Cantuta y a tantas otras que hemos padecido–, es la respuesta a esas actitudes que pretenden cubrir con agitación y palabreo el avance de la corrupción. Es una magnífica noticia el nombramiento de José Ugaz como presidente de Transparencia Internacional. La lucha contra la corrupción no es, como en el caso de los sicarios, un problema que afecte solo a los que trabajan con grandes capitales, públicos o privados. Es nuestra vida y nuestro futuro lo que está en juego, como nos lo acaba de recordar nuestro angustiado hermano mayor.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Ganando un cliente más: solo por prestar el baño


Son viernes, seis de la tarde, tengo un examen que dar por en forma virtual y una cabina que encontrar, bajo del bus que me ha traído a Lima, después de dos horas y media de viaje (que solo duraría una); así que cansado, sudado y con unas ganas terribles de orinar, sí, mi tracto diurético anda mal, debido a desbandes de una noche anterior, estaba orinando seguido, así que me dispongo a buscar un lugar donde miccionar, lamentablemente no encuentro lugar para hacerlo, con cincuenta céntimos en mano voy de restaurant en restaurant solicitando me “presten” su urinario. En más de cinco me dicen que no por diversos motivos, a pesar que existe una norma en que estos tienen que prestar sus “servicios”. Al sexto local, y ya con mis intimidades por salir, entro a un restaurant “charapa”, una amable dueña se apiada de mí y mis necesidades. Al salir de los servicios, un agradable olor a cecina llegara mis narices, veo el plato de un comensal y oh!! Sorpresa lo que veo me impresiona: tacacho con cecina, los antojos vienen a mí, me siento en una mesa y pido un plato igual, el precio no es muy cómodo, pero alcanza para poder pagarlo.


Una lección de lo que me ocurrió, este último restaurant amable, gano un cliente más, y obvio lo recomendaré, ¿Cómo llegué a él? Desesperado buscando un baño, ¿Por qué me quedé? Por su amabilidad y gracias a esto pude conocer sus sabores. Los demás locales perdieron un cliente, solo por no ser amables, y dicho sea de paso, están obligados por ley prestar baños a los transeúntes, en más de uno les dije, a pesar de enseñarles mi moneda, en señal que no era gratis, que la ley obliga a ellos a prestar sus servicios a los transeúntes, muchos respondieron mal, simplemente no les importo un potencial cliente. Un concejo para estos locales, sean amables, uno nunca sabe cuándo podrían ganar un cliente más, después no se quejen de porque les va mal en su negocio, y por último, respeten las leyes, más aun si es a favor de sus usuarios. Y ala mable señora que me atendió, mil gracias, siga así, y vera que le ira bien.